El ácido hialurónico, está presente en nuestro organismo y es el responsable de proporcionarle firmeza, hidratación y tono a la piel, no obstante, con el paso de los años se va perdiendo gradualmente. Su pérdida es paulatina y comienza de forma intrínseca a partir de los 20 años, estimándose que a los 50 años sólo conservamos el 50%.
Gracias a los fillers de ácido hialurónico fortalecemos y rejuvenecemos la piel.
De una manera sencilla conseguimos: realzar el volumen perdido, definir el contorno facial, reducir las arrugas y aportar hidratación a la piel. Además podemos corregir pómulos, mentón o labios. Del mismo modo podemos rellenar marcas y cicatrices, así como iluminar la piel.
La duración del tratamiento oscila entre los 6 y 12 meses dependiendo la zona. Sus efectos son inmediatos.