
13 nov. Conoce a nuestro equipo Maxilonet – Dr. Ramón Pons Calabuig – Odontólogo especialista en periodoncia
¿Por qué decidiste estudiar y dedicarte a la odontología?
Todo empezó leyendo un libro de mi hermana.
Mi hermana estaba estudiando odontología y un día cogí uno de sus libros de cirugía, tenía claro que quería dedicarme a la rama sanitaria, pero dudaba si medicina u otra especialidad, odontología o biología. A raíz de ese libro fue cuando hice un cambio de chip y pensé que la odontología es la cirugía aplicada a la cavidad oral, y me pareció muy buena idea.
¿Qué características personales crees que debe tener un buen odontólogo?
Lo primero, tranquilidad, es muy importante transmitir al paciente tranquilidad y paz en todo momento. Hay que tener empatía y ponerse en la piel del paciente. A mí cuando me tratan, también me pongo nervioso en el box, ya que hay una serie de factores que generan estrés, ruidos que molestan, puede haber dolor; por todo ello es muy importante meterte en el papel del paciente, cómo estarías viviendo tú lo que le estás haciendo en ese momento y más aun, en función de cuando tratamos a según que tipos de pacientes, pensar, si estuviera tratando a mi madre ¿qué haría?.
¿Cuáles son las áreas/ patologías que trata un odontólogo especialista en Periodoncia?
Nosotros, los periodoncistas, nos centramos sobretodo en todas aquellas patologías u afectaciones que puedan afectar al periodonto, al que consideramos el aparato de soporte del diente, con lo que estaríamos hablando del hueso, ligamento periodontal y el cemento radicular del diente que se encarga de esta unión entre diente y tejidos blandos.
En conclusión, tratamos todo lo involucrado entre tejidos blandos y duros relacionados con el diente.
¿Qué es lo más extraño o divertido que te ha ocurrido en una consulta?
Debo reconocer que en varias ocasiones me han entrado ataques de risa y, he sufrido a la hora de mantener la calma sin que el paciente se diera cuenta de lo que estaba pasando.
Mi momento más divertido fue cuando estaba estudiando la carrera, los compañeros que estaban trabajando en el box de atrás le estaban haciendo una prueba a una señora mayor, y al pedirle que apretara los dientes para comprobar la mordida, ésta apretó demasiado por otro lado y se lió bastante, acabamos mareados y a todos, incluyendo la señora, nos entró un ataque de risa.
Otra situación simpática fue cuando le pedí a un chico de prácticas que fuera montando el campo y la talla (el babero que se coloca al paciente) y éste, en vez de colocárselo al paciente, se lo puso él.
Podría explicar muchas más, como la vez en la que estaba operando con otro doctor a una paciente de más de 70 años con sedación consciente y, en medio de la cirugía nos confesó que no sabía lo que le estábamos haciendo pero que estaba muy a gusto.
¿Cuál es la pregunta que más veces has contestado a lo largo de tú carrera?
Probablemente la pregunta que más he contestado es ¿me va a doler? O ¿esto molesta?.
Y, lamentablemente otra pregunta que realizan mucho últimamente a raíz de las franquicias y de la crisis es ¿cuánto me va a costar?
¿Qué representa para ti la docencia/investigación?
Se debe encarar por tres vías diferentes; una es la parte clínica que es lo que nos da el “colchón económico” a final de mes, pero existen dos bloques indispensables que son por un lado la docencia y por otro la investigación.
La investigación, para la gente que tenemos curiosidad o pretendemos mejorar la calidad del tratamiento de los pacientes, es muy importante.
Para mí la docencia es fundamental, es uno de los motivos por los que decidí dedicarme a una especialidad en concreto, para poder impartir conocimientos en la gente joven o que está estudiando la carrera. En concreto, el máster de periodoncia me dio el conocimiento para poder debatir o enseñar con tranquilidad.
¿Cuál ha sido la situación más difícil con la que has tenido que lidiar en tú profesión? ¿Y cuál es el que recuerdas con más cariño de tú carrera?
La más difícil probablemente fue el único rechazo que he tenido por parte de un paciente.
Rechazo en cuanto a que se trataba de un paciente que había estado tratado por otro especialista, ese especialista dejó de trabajar en la clínica en la que yo trabajaba en ese momento, y a ese paciente se le había prometido una serie de cosas, tratamientos que, según mi punto de vista, no eran acertados para su patología, había un fallo de diagnóstico inicial, y yo no estaba dispuesto a realizarlo ya que no era certero.
El paciente finalmente pidió cambio de odontólogo. En los días posteriores al caso, debo reconocer que me sentí frustrado por no saber reconducir al paciente hacia el tratamiento que más le convenía y al fin y al cabo, de eso se trata, aconsejar a los pacientes para solventar los problemas de salud oral.
El mejor momento fue cuando traté a una señora mayor con alzhéimer. La señora venía con mucho dolor, y al realizarle dos extracciones se emocionó y se puso a llorar en la consulta dándome dos besos y las gracias por no haberle molestado nada y haberla tratado con tanto cariño. Ese momento me llenó mucho.
¿Eres un buen paciente?
La higiene oral y el mantenimiento en casa sí lo cumplo pero… no soy un buen paciente. Yo también me pongo nervioso cuando me siento en el sillón y más cuando me tienen que anestesiar.
¿Sigues tus revisiones odontológicas?, o en casa del herrero cuchillo de palo.
Por supuesto, es muy importante realizarse una revisión al año mínimo para comprobar que todo esté correcto.
¿Qué otros hobbies o pasiones tienes?
A parte de la odontología, me gusta el deporte, sobretodo la montaña, desde esquiar en invierno a perderme por la montaña en verano. Me gusta la paz que emana.